Buena visión al volante

Buena visión en carretera

Muchos de los accidentes que se ocasionan en las carreteras son provocados por problemas visuales sin corregir.

Al igual que antes de emprender un viaje llevamos nuestro vehículo al taller para comprobar que todo está en correcto funcionamiento, debemos acudir al oftalmólogo con el fin de asegurarnos de que nuestra visión también se encuentra en perfecto estado. Sobre todo si utilizamos corrección visual y/o superamos los 45 años de edad.

En la actualidad, según estudios recientes, 600.000 españoles se ponen al volante con una agudeza inferior a lo obligado por la Ley (0,5) y siete millones de conductores tienen, al menos, una deficiencia visual que afecta a la conducción.

Acudir a revisiones visuales al menos una vez al año, en lugar de esperar a la renovación del permiso de conducción, constituye una medida de prevención de accidentes.

Además de los factores de riesgo que más influyen en la calidad de visión de los conductores, como la edad, el estado psicofísico y las enfermedades oculares, existen otros factores concurrentes, llamados externos o ambientales, que inciden de forma directa en la visión del conductor, incrementando el riesgo de accidentes de tráfico. Entre ellos destacan la conducción nocturna, la baja luminosidad por factores atmosféricos y el deslumbramiento. En este último caso, los haces de luz de los otros vehículos y la luz natural o radiación solar constituyen las dos principales fuentes de deslumbramiento al volante. Por este motivo, los oftalmólogos insisten en el uso de gafas de sol para aumentar la seguridad vial.

Una fotoprotección ocular adecuada, mediante gafas de sol, puede atenuar y evitar los efectos de la radiación, que se traducen en una serie de riesgos en carretera. Situaciones como conducir con el sol de frente al amanecer y al atardecer, con los reflejos en el asfalto mojado o con los destellos de la luz del mediodía sobre el capó de otros vehículos provoca, en muchos casos, pérdida temporal de visión, incrementando el riesgo de accidentes de tráfico.

Sin embargo, las estadísticas reflejan que el 12 por ciento de los conductores nunca se pone gafas de sol, el 33 por ciento reconoce que sólo lo hace en algunas ocasiones y únicamente el 55 por ciento se protege de manera habitual mientras conduce.

Una gafa de sol homologada incrementará la sensibilidad al contraste, reducirá el tiempo de adaptación a cambios bruscos de luz y esto redundará en una mayor seguridad al volante.

Tanto si necesitas gafas graduadas como si quieres adquirir unas gafas de sol, tu oftalmólogo te recomendará las más apropiadas para la conducción en función de tus necesidades visuales.

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