Incremento de la miopía infantil

Explorando las Causas del Auge de la Miopía en los Niños y las Posibles Soluciones para Preservar su Visión

El incremento de la demanda de lentes para corregir la visión de lejos (miopía) en niños está en alza, y las proyecciones sugieren que para el 2050, el 50% de la población mundial será afectada. En España, donde la prevalencia de miopía en menores es de uno de cada cinco niños en edad escolar, ha habido un ascenso cercano al 20% en seis años.

En los años setenta, el 25% de los estadounidenses tenía miopía, pero apenas tres décadas después, esta cifra aumentó al 42%. Aunque la genética tiene responsabilidad en algunos casos, los científicos ahora reconocen que el entorno también tiene un papel crucial. Los investigadores están comenzando a indagar en las causas de este incremento rápido y a diseñar formas de ralentizar e incluso revertir el deterioro visual en niños, lo cual es vital para su calidad de vida en general y para reducir el riesgo de pérdida de visión en etapas posteriores de su vida.

"Los niños están desarrollando miopía a un ritmo sin precedentes", afirma Nick Onken, optometrista de la Universidad de Alabama (EE. UU.). "Es más rápido de lo que la genética sola puede explicar".

"Desde hace décadas sabemos que a mayor miopía", añade Onken, "mayor es la probabilidad de pérdida de visión en la vejez, debido a condiciones como el desprendimiento de retina, glaucoma, degeneración macular y cataratas".

La miopía suele aparecer en la infancia debido a un desequilibrio entre la velocidad de crecimiento del ojo y el punto donde la luz enfoca la retina. La edad en que un niño adquiere miopía por primera vez suele predecir la severidad de su visión.

"El momento en que se adquiere la miopía es el mayor predictor", explica Jeffrey Walline, optometrista y decano asociado de investigación en la Universidad Estatal de Ohio (EE. UU.). En la mayoría de los niños, la visión se estabiliza al final de la adolescencia, aunque en algunos puede durar hasta mediados de los 20 años.

Además de requerir gafas o lentes de contacto, las personas con miopía tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas visuales en el futuro. A medida que el ojo crece más de lo normal, se estira, afectando los delicados nervios y vasos sanguíneos de la retina.

Si bien las causas del aumento de la miopía son complejas, la falta de exposición al aire libre es un factor de riesgo clave. La luz exterior brillante estimula la liberación de dopamina, lo que frena el crecimiento ocular. El efecto del tiempo frente a la pantalla y del trabajo cercano en el riesgo de miopía es menos claro.

Para explorar intervenciones que puedan frenar los cambios visuales, los investigadores llevaron a cabo el estudio BLINK, proporcionando diferentes tipos de lentes de contacto a niños de 7 a 11 años. Estas lentes enfocan la luz en la retina, brindando una visión clara central y ligeramente borrosa en la periferia, señalando al ojo para que desacelere su crecimiento. El uso diario de gotas oftálmicas de baja concentración de atropina también ha mostrado ser efectivo.

Los investigadores están trabajando en ensayos clínicos para predecir qué niños desarrollarán miopía y prevenir o retrasar su aparición. El objetivo es ofrecer estas opciones a todos los niños en riesgo, lo cual podría convertirse en práctica estándar en la próxima década.

Fuente: National Geographic

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