¿Cómo detectar problemas de visión en los niños más pequeños?

¿Cómo detectar problemas de visión en los niños más pequeños?

Una visión infantil correcta es fundamental para potenciar el aprendizaje y el rendimiento escolar. Un examen de la vista es primordial para diagnosticar  posibles anomalías visuales en los niños.

La visión es la capacidad que tiene el ser humano para procesar la información del entorno, obtener un significado y comprender lo que se ve a través de los ojos. La visión es algo más que tener buena agudeza visual.

¿Qué entendemos por ver bien?

Ver no sólo implica tener una buena agudeza visual, sino también muchas otras habilidades visuales, como pueden ser la capacidad de enfoque lejos-cerca, la habilidad de mover los ojos correctamente, tener una binocularidad correcta, una buena coordinación ojo-mano, una buena estereopsis (cálculo correcto de la profundidad), etc.
¿A qué edad se recomienda hacer un examen visual?

Es recomendable realizar un examen visual al nacer, a los 6 meses, a los 2 años y a los 4 años. De los 6 meses a los 2 años es muy importante evaluar el correcto desarrollo de la visión binocular para detectar posibles estrabismos. Normalmente la vía visual está completamente desarrollada a los 2 años, aunque hasta los 5 no se llega a tener una agudeza visual del 100%. A partir de los 4 años se recomienda una revisión al año, ya que se van a producir muchos cambios en el desarrollo del niño y, como además empieza la escolarización, los ojos tienen que estar preparados para responder a las demandas visuales que esto conlleva.
¿Un problema visual puede influir en el fracaso escolar?

Sí. A través de estudios realizados en el campo de la optometría, se ha comprobado que existe una estrecha relación entre el rendimiento visual y el escolar.
Para enfrentarse a las exigencias que hoy en día tienen los escolares, es necesario tener desarrolladas habilidades como la agudeza visual, la motilidad ocular o la binocularidad, entre otras.

¿Cómo se puede detectar un problema visual?

• Falta de interés por la lectura
• Pérdida del hilo de la lectura
• El niño al leer sigue el texto con el dedo
• Giros extraños de las palabras
• Dificultad para recordar lo que ha leído
• Las letras o los signos se juntan o se los salta
• Cejas fruncidas, parpadeo excesivo u otras deformaciones faciales cuando lee
• Fatiga constante, nerviosismo o irritabilidad
• Fatiga o laxitud después de una tarea de cerca
• Visión doble de los objetos
• Dolores de cabeza, náuseas o aturdimientos asociados al uso de los ojos de cerca
• Sensibilidad exagerada a la luz
• Párpados rojos o hinchados
• Frotamientos frecuentes de los ojos
• Pasos falsos y caídas frecuentes
• Avanza la cabeza para ver mejor
• Se saltan las líneas o las releen
• Lectura lenta o palabra a palabra
• Evita toda tarea de cerca
• Vocalización en voz baja durante la lectura, constatada por el movimiento de los labios
• Se observa una rigidez corporal cuando quiere mirar los objetos de lejos
• Se acerca demasiado cuando lee o escribe, y adopta una mala postura
• Movimientos exagerados de la cabeza cuando lee
• Mala habilidad perceptiva, como, por ejemplo, la confusión de la “o” por la “a”, la “n” por la “m”, etc.
• Falta de atención, temblores o lloros
• Confusión mirando de lejos, después de un trabajo de cerca
• Dolores de cabeza, náuseas o aturdimientos asociados al uso de los ojos de cerca
• Estrabismo o bizquera hacia fuera o hacia adentro
• Cierra o se tapa un ojo para poder ver mejor con el otro
• Mala coordinación del ojo y la mano, que se manifiesta por la dificultad al jugar, atrapar una pelota u otra actividad parecida.

¿Qué es la visión binocular?

Es la habilidad de trabajar con ambos ojos a la vez. Muchas veces la coordinación entre los dos ojos no es buena y puede ocurrir que un niño, cuando quiere leer “LE”, lea “EL”. Lo primero que piensan los padres es en una dislexia, pero puede tratarse de una hipermetropía descompensada, que se puede compensar con unas gafas, o de un exceso de convergencia, que se puede tratar con terapia visual.

¿Qué posibles soluciones hay para un ojo vago?

Poner el parche como solución no es suficiente, porque aunque puede subir la agudeza visual, si no rehabilitamos el ojo y le enseñamos a trabajar conjuntamente con el otro, habrá de nuevo un retroceso de su agudeza visual, que es lo que suele pasar cuando se le quita el parche al niño. Por esto, es fundamental hacer una terapia visual, porque es la única forma efectiva de rehabilitar un ojo vago.

¿Cuáles son los principales problemas visuales?

Podemos diferenciar dos grandes grupos:

1. Problemas de refracción:

Miopía: Dificultad para ver bien las cosas que están lejos, debido a que la longitud axial del ojo es demasiado grande o a que la lente es demasiado potente y, en consecuencia, la imagen se forma delante de la retina
Hipermetropía: El ojo hipermétrope tiene la longitud axial más pequeña o la potencia del sistema óptico es insuficiente. Dependiendo de la edad y de la cantidad de dioptrías, los pacientes tienen problemas en visión próxima y también en visión lejana.
Astigmatismo: Se trata de un defecto generalmente congénito, debido a la desigualdad del radio de curvatura de la óptica del ojo. Los síntomas que produce van desde la disminución de la agudeza visual de lejos y de cerca hasta dolores de cabeza, enrojecimiento de los ojos, sensación de arenilla e intolerancia a la luz.

2. Problemas binoculares: 

Estrabismo: Consiste en la desviación de los ejes visuales. Si el grado es considerable, se percibe de forma externa (se tuerce el ojo hacia dentro o hacia fuera). Otras veces no se nota, ya que el grado de desviación es pequeño, pero esto no significa que no exista.
Ambliopía (ojo vago): Cuando un ojo es privado de su visión o la imagen que llega a su retina es muy diferente a la del otro ojo (en calidad, tamaño, forma o posición), el cerebro poco a poco va inhibiendo la imagen del ojo “malo” hasta llegar a suprimirla por completo
Forias elevadas: Al mirar un punto próximo, los ojos tienen que enfocar y converger en ese mismo punto. Cuando no lo hacen, se puede tener un exceso de convergencia, acercando mucho el punto de enfoque, o, por el contrario, dificultades para converger, con lo cual, si se acerca demasiado, puede utilizar un solo ojo.


Fuente: Con mis hijos